domingo, 5 de abril de 2009

Finaliza la excavación arqueológica






Antes de comentar la excavación en “Los Yermos del Cementerio”, para que se entienda mejor lo que voy a decir, creo conveniente comentar un poco diversos aspectos de los círculos de piedras.

Los círculos de piedras o crómlech son monumentos megalíticos formados por piedras de gran tamaño clavadas en el suelo, dispuestas verticalmente. En su conjunto, todas las piedras, conforman un círculo.

En Europa existen muchos círculos de piedras. Su antigüedad se remonta a la prehistoria reciente, es decir, a la Edad del Bronce y Primera Edad de Hierro, si bien también hay algunos del Nelolítico.


Las dimensiones de los círculos de piedras son variables. En Francia hay círculos con diámetros superiores a 100 metros, aunque esto no es lo habitual. Los crómlech pirenaicos son muy abundantes, sobre todo en el sector central y occidental de la cadena. La diferencia con el resto de Europa estriba principalmente en su tamaño, habitualmente de pocos metros de diámetro, y las piedras suelen ser de menores dimensiones. Lo normal es que estos círculos estén agrupados, en número variable y emplazados en lugares estratégicos.


En líneas generales, los crómlech pirenaicos son más modernos que los del resto de Europa, de la I Edad del Hierro (primer milenio antes de Cristo), asociados a culturas de influencia céltica. En algunas excavaciones se ha visto que tenían una función funeraria, a modo de sepulturas colectivas. Los cadáveres eran previamente incinerados en otro sitio y sus cenizas eran depositadas en vasijas de cerámica o bien se colocaban rodeadas de pequeñas losas, formando una cista.


Se han excavado algunos de estos círculos en el Pirineo oscense, siendo los hallazgos muy escasos: pequeñas láminas de sílex y fragmentos de carbón.


En el Pirineo occidental y vertiente pirenaica francesa se han excavado algunos de estos círculos; de ellos se deduce que son tumbas de incineración de la I Edad e Hierro o finales de la del Bronce.


EL YACIMIENTO “YERMOS DEL CEMENTERIO”

La actuación ha consistido, primeramente, en limpiar superficialmente tres círculos de piedras, dos de ellos muy bien definidos, de poco más de seis metros de diámetro. Las piedras que conforman los círculos son grandes, la mayor tiene un metro de longitud. Un tercer círculo, más pequeño que los anteriores, con cerca de cinco metros de diámetro, se halla peor conservado; ello quizá sea debido a que las piedras son bastante más pequeñas.


En algunos casos, las piedras hincadas en la tierra estaban ocultas cerca de medio metro bajo tierra. Hay que tener en cuenta que los círculos se encuentran en una ladera de ligera pendiente, orientada hacia levante. En el transcurso de los siglos, la natural dinámica de la ladera ha provocado la acumulación de tierra encima de los círculos de piedra. Además, la construcción de la carretera A-138 supuso echar tierra junto a los círculos, lo que incrementó la acumulación de tierra.


En el círculo 1 (ver tres primeras fotos) se ha realizado una excavación central de 6 metros cuadrados. Llama la atención la presencia de dos piedras, una de ellas medio hincada, cuyo eje principal tiene una orientación norte-sur. Además las dos muestran claros síntomas de haber estado sometidas al fuego. Junto a ellas se han encontrado abundantes y pequeños restos de carbón de los que se ha tomado una muestra para analizar. Además han aparecido pequeñas esquirlas de hueso. Posiblemente se pueda datar este círculo, algo importante.


El círculo 2 (ver fotos cuarta y quinta) también ha aportado material, más que el anterior. Es un círculo bien conservado. Se ha excavado cuatro metros cuadrados en la zona central. Se han recogido pequeños fragmentos óseos y algún pequeño trozo de cerámica, todo con síntomas de haber sido quemado. Entre los huesos destaca la presencia de dos dientes humanos.


El círculo 3, el pequeño, sólo se ha hecho limpiarlo parcialmente en superficie puesto que no había tiempo para más.


Estos círculos son de elevado interés puesto que tienen una serie de características que los hace diferentes a otros. Primeramente, están ubicados a baja altitud, a menos de 600 metros, alejados de los del Pirineo, en otro ámbito aunque posiblemente ligados a la misma cultura.


Las dos piedras quemadas halladas en uno de los círculos hace pensar en la existencia de fuego dentro del círculo. Estos círculos equivaldrían a los cementerios actuales. No es casualidad el topónimo de este sitio: “Yermos del Cementerio”.


Aunque el material que se ha encontrado es escaso, pobre, tiene su importancia científica. Nos permite asegurar que estos círculos cumplieron las funciones de un cementerio. Las futuras dataciones de las muestras recogidas posibilitarán saber su antigüedad.


Finalmente, como vocal del CES, doy las gracias a todas las personas que han hecho posible que se llevara a cabo esta excavación arqueológica. Su trabajo contribuye a conocer el pasado de Sobrarbe.

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