Vista general del fragmento de cerámica, cara superior |
Cara inferior del fragmento de cerámica |
Vista lateral |
Otra vista lateral. Se observan viejas fracturas cicatrizadas |
Sección transversal. Vieja rotura cicatrizada |
La otra sección transversal, con escoriación moderna. Observar la diferencia de color entre el corte fresco y el cicatrizado |
Hace ya un tiempo encontré el fragmento de cerámica que aparece en las fotografías de arriba. Se hallaba dentro de los límites del antiguo monte de Monclús, que en época medieval englobaba el castillo de Monclús y las localidades de Monclús, Mediano, Arasanz y Plampalacios. Los residentes en estos pueblos eran vecinos de Monclús y pagaban solidariamente entre ellos los múltiples impuestos a los que estaban obligados.
Pues
bien, esta pieza con epigrafía hebrea la hallé en la margen derecha del río
Cinca, en una marguin de un antiguo campo de cultivo. Las aguas del pantano se
encargaron de ir erosionando el terreno, saliendo a la luz la pieza en
cuestión. Hay que recordar que un objeto de cerámica sin aplicación de barniz y
a la intemperie no es capaz de resistir ni siquiera 100 años sin sufrir una clara
erosión.
Fue
una gran casualidad encontrar este fragmento de cerámica puesto que no estaba
en un contexto arqueológico; habría que considerarlo un hallazgo aislado que probablemente
llegó al campo de cultivo transportado junto al fiemo. El objeto se debió
romper en la vivienda y de allí iría a parar a la femera.
Características del fragmento de
cerámica. Cuando lo encontré estaba semienterrado y me sorprendieron los caracteres
que llevaba impresos. Al estar tanto tiempo sometido al agua, se encontraba en
un estado muy delicado, de modo que esperé a que estuviera bien seco y luego lo
lavé con agua suave bajo el grifo, sin utilizar ningún tipo de cepillo que lo
habría deteriorado, es por ello que hoy en día aún presenta un poco de barro
que contribuye a poder leer mejor los caracteres.
En
teoría, las probabilidades de encontrar un fragmento de cerámica de estas
características en Sobrarbe eran casi nulas, puesto que en la antigua Sefarad son
muy raras las inscripciones hebreas en cerámica. Además es una cerámica
aislada. A veces he pensado que tanta casualidad no es posible…
El
fragmento de cerámica parece corresponder a un asa parcialmente conservada, con
rotura cicatrizada en los dos extremos, lo que nos informa que se rompió hace
muchos años. Tiene una dimensión máxima de 60,5 milímetros y una anchura de 32
milímetros. Cerámica gris oscura en superficie, y clara en corte fresco, realizada
a torno, observándose las rayas. Por sus características externas podemos
encasillarla como cerámica de cronología medieval, si bien la pasta es fina y
en corte fresco (unos pocos milímetros) no se observa desgrasante; es una pasta
diferente a otras cerámicas del entorno, lo que hace suponer que no fue
fabricada en la zona. En el monte de Lamata encontré un fragmento informe con
pasta similar que también estaba fuera de contexto.
El aspecto externo general del trozo de cerámica con epigrafía hebrea es muy similar a otros fragmentos de cerámica medievales |
La
inscripción hebrea parece estar incompleta en uno de los dos extremos, aunque no
es seguro. Se halla un poco erosionada la parte que estuvo más tiempo a la
intemperie, sin afectar seriamente a los caracteres de escritura.
He
mirado en Internet qué hay en España en lo referente a epigrafía hebrea y he
comprobado que la morfología de los caracteres hebreos ha ido variando a lo
largo de los siglos. Los caracteres más parecidos a los que vemos en la
cerámica son los que se encuentran en una lápida hebrea hallada en Béjar
(Salamanca), datada por los expertos como de finales del siglo XIII. En el
Museo Arqueológico de Sevilla hay un sello que también presenta algunos caracteres
con morfología similar, en este caso datado como del siglo XIV.
Dibujo
con los caracteres hebreos que aparecen en el fragmento de cerámica hallado en
Sobrarbe |
Dibujo con los caracteres de la lápida hebrea de Béjar (Salamanca), finales del siglo XIII |
Sello de Abraham bar Sa´adiá. Museo Arqueológico de Sevilla, siglo XIV |
En definitiva, hasta que algún experto en el tema se atreva a dar su opinión, me inclino a pensar que la cerámica con caracteres de escritura hebreos, hallada en Sobrarbe, es asignable al siglo XIII, ligada a la actividad de los judíos que vivieron en el antiguo término de Monclús.
La
intriga sigue, sobre todo porque falta por descifrar el significado que
encierran estos caracteres de escritura.
Hola Jesús, en El Frago, pueblo de Las Cinco Villas, hay una lápida hebrea reutilizada como soportal en una fachada. Su grafía me parece similar, si la buscas en internet, la puedes comparar tu mismo.
ResponderEliminarGracias por la información
ResponderEliminarValdria la pena la traduccion basada en una persona que sepa hebreo. Imagino las hay muchas en espanya. Ir a una synagoga. Un Rabino la traducira.
ResponderEliminarLa traducción tiene que intentarla un especialista en epigrafía hebrea medieval. La morfología de los caracteres hebreos de escritura ha ido variando con el tiempo.
ResponderEliminarLo he visto en el libro de Lascorz sobre las comunidades Judias en Sobrarbe, muy interesante el libro y tus hallazgos, enhorabuena Jesús.
ResponderEliminarAntonio, ¡¡gracias!!
ResponderEliminarSaludos