A
veces uno se encuentra unas formas geológicas de difícil interpretación. En las
fotos de arriba se observa lo que podríamos llamar una concreción tubular
conformada por arenisca bien cementada, habiendo un “relleno” central con
arenisca peor cementada, registrándose una posterior erosión diferencial. El aspecto
general es el de una esponja fósil, aunque en este caso no estamos ante una
esponja.
Explicar
el origen resulta difícil. Tenemos que remontarnos 42 millones de años atrás, a
un mar profundo en el cual se depositaban sedimentos en un ambiente
turbidítico. El depósito de arena se fue consolidando. Durante la diagénesis,
por causas que desconozco, localmente hubo una mejor cementación. Las causas
pueden ser varias, principalmente de carácter biológico (concrecionamiento en
torno a una galería o tubo de organismo que excavó en un sedimento arenoso),
aunque no es descartable el origen hidrotermal.
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