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Un año más, un año menos |
domingo, 25 de diciembre de 2016
domingo, 18 de diciembre de 2016
Terebratulina tenuistriata, braquiópodo del Eoceno
Braquiópodos vistos desde la valva dorsal o braquial |
Valvas ventrales o pedunculares |
En
las dos imágenes de arriba se observan distintos ejemplares del género
Terebratulina, posiblemente Terebratulina tenuistriata.
El
tamaño y contorno de la concha varía mucho de unos ejemplares a otros. Son
inequivalvos y equilaterales. Contorno generalmente de subcircular a
subpentagonal, aunque también puede ser oval alargado.
La
valva braquial es ligeramente convexa, plana en algún individuo. La valva
ventral es siempre convexa. La superficie de las valvas está cubierta con
numerosas y finas costillas tuberculadas que se van bifurcando hacia la zona
anterior, generándose unas costillas secundarias.
Presencia de estrías de
crecimiento, generalmente finas, aunque también las puede haber muy marcadas,
siendo estas últimas bastante escasas, indicando periodos de menor crecimiento,
probablemente motivado por la escasez de alimento. Comisura anterior uniplegada
en ejemplares adultos, rectimarginada en los más jóvenes. Foramen redondeado a
elíptico.
Vivieron
en el Eoceno, en un ambiente marino algo profundo, en un fondo blando. Suroeste
de Sobrarbe.
domingo, 4 de diciembre de 2016
Los NUMMULITES o DINERETES
Nummulites deshayesi en
la zona de Santa María de Buil, en El Sarrastaño
|
En
determinadas zonas de Sobrarbe abundan mucho unos fósiles lenticulares que nos
hablan de organismos unicelulares pertenecientes al orden de los foraminíferos,
los cuales vivieron en el Eoceno, cuando aquí aún había mar, hace más de 40
millones de años. Los Nummulites
deben su nombre a su morfología similar a las monedas (nummus=moneda, lithos=piedra),
por lo que su significado es “moneda de piedra”. En Aragón reciben el nombre
popular de dineretes, siendo especialmente conocidos los “Dineretes de Sevil”.
Estos fósiles nos aportan mucha información científica. En Sobrarbe hay varias
decenas de especies fósiles de Nummulites
que son muy útiles para determinar la antigüedad de los estratos
Los
Nummulites poseen un caparazón con múltiples forámenes al exterior, por donde
salían finos pseudópodos que fueron usados en la captación de nutrientes,
locomoción y fabricación de la concha. El caparazón o concha (es lo que
fosiliza) posee una compleja estructura calcítica a base de cámaras comunicadas
que crecen en espiral, generando formas discoidales. Caparazón o esqueleto
intraectoplasmático, con cámaras interconectadas por poros, llamados forámenes,
de ahí que se les llame foraminíferos. Al poseer dos fases en su ciclo
reproductivo, resulta que hay dos tamaños muy diferentes dentro de la misma
especie, formas macrosféricas (asexual, tamaño pequeño) y microsféricas
(sexual, tamaño grande).
Los
Nummulites vivieron en aguas cálidas,
entre 25 y 28ºC, en todo caso a más de 20ºC. A más temperatura, mayor abundancia.
Eran marinos, habitando en aguas saladas; no les gustaba los cambios en la
salinidad del agua, tampoco las aguas salobres. Mejor para ellos el ambiente de
prodelta que las costas. Abundaron en las aguas marinas poco profundas, máximo
60-80 metros de profundidad. Los Nummulites grandes vivieron en zonas muy poco
profundas, siendo especialmente frecuentes en zonas pobres en nutrientes
orgánicos, colonizando amplias áreas, sin apenas competencia. Les gustaba las aguas
sin turbulencias, tranquilas, con mínima acción de las corrientes de fondo. Colonizaron
las plataformas someras y mares epicontinentales, con poco aporte fluvial y escasez
de oxígeno. En los momentos transgresivos, cuando el mar ocupo más terreno, los
Nummulites vivieron mejor y fueron más abundantes. Se ha comprobado que los Nummulites de concha globosa prefirieron
los ambientes someros, mientras que las formas planas proliferaron en aguas más
profundas y fangosas.
Vivieron
en equilibrio hidrostático, a veces en ligero contacto con el fondo marino. Se
ha observado que algunos ejemplares perdieron el equilibrio hidrostático, lo
que provocó que estuvieran en el fondo marino, creciendo de forma irregular,
generándose ejemplares asimétricos, a veces con crecimiento irregular y sinuoso,
especialmente en individuos de tamaño muy grande.
Se
cree que la clave para la gran proliferación de los Nummulites está en su
simbiosis con las algas. En su sistema metabólico era fundamental la
colaboración simbiótica con algas. En dicha relación el alga simbionte facilitaba
la eliminación de CO2, incrementando la tasa de calcificación del esqueleto del
foraminífero y aportando energía suplementaria, es decir, nutrientes elaborados
en la fotosíntesis y utilizables por el foraminífero. El foraminífero favoreció
el desarrollo de los simbiontes, “cultivándolos” como partículas alimenticias
para su sustento. La fotosíntesis de las algas requiere aguas poco profundas.
En
definitiva, los Nummulites fueron unos organismos unicelulares mucho más
complejos de lo que a primera vista pudiera parecer.
Ejemplar
de Nummulites visto en sección ecuatorial, observándose las múltiples cámaras
que componen su concha. Individuo encontrado en las proximidades de la
localidad de Fiscal
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